¿Qué es la responsabilidad afectiva?
- Origen Informativo
- 28 ene 2023
- 3 Min. de lectura

Tener en cuenta cómo nuestros actos afectan a los demás, y expresar siempre cómo nos sentimos, es esencial para relaciones afectivas sanas.
El equilibro entre tener en cuenta lo que piensan y sienten los demás y lo que pensamos y sentimos nosotros, especialmente si hablamos de las relaciones románticas, es complicado. No queremos ser egoístas, y pensar solo en lo que nos afecta a nivel individual, pero tampoco queremos volcarnos en la otra parte olvidándonos por el camino de nosotros mismos.
La clave para alcanzar ese punto medio es la responsabilidad afectiva, que podríamos definir como la consciencia de que lo que decimos y hacemos tiene un impacto en los demás.
Que esta se basa en ser capaz de expresar nuestras necesidades y emociones siendo respetuosos con las emociones del otro.
Sinceridad aunque duela
La idea de la responsabilidad afectiva, entonces, es poder cuidar al otro, todo lo que sea posible, no con el objetivo de evitar siempre el sufrimiento, sino de evitar un sufrimiento innecesario. Y, claro, no olvidarnos de cómo nos sentimos nosotros.
Qué es responsabilidad afectiva:
Hablar sobre nuestros sentimientos y expectativas sobre la relación.
Tener una buena comunicación. También (especialmente) cuando vamos a hablar de lo que nos molesta.
Poner límites de mutuo acuerdo con la intención de respetarse.
Cuidarse mutuamente.
Entender que nuestras acciones tienen consecuencias en el otro.
Qué no es responsabilidad afectiva:
Ocultar información importante sobre nuestros sentimientos a la otra persona.
No validar sus emociones o no permitir que las exprese.
No ser claro o incumplir los acuerdos previamente establecidos.
Llevar a cabo comportamientos que puedan llevar a ilusionarse a la otra persona cuando nosotros no queremos implicarnos.
Pretender que el otro adivine lo que siento y/o necesito.
Aunque es más fácil aplicar este término en el contexto de una relación de pareja, debemos entender que la responsabilidad afectiva 'está vigente' en las dinámicas familiares, en las de las amistades e incluso en las laborales. Y en estos casos, al igual que dentro de una relación romántica, la responsabilidad afectiva tiene que llevarse a cabo desde el principio. «Cada uno tenemos que ser conscientes de cómo nos vamos sintiendo con los actos del otro, y al mismo tiempo ser capaces de comunicarlo de una manera asertiva. S0lo de esta manera podremos construir una relación saludable basada en la comunicación y en el respeto mutuo»
«Solo de esta manera podemos construir una relación saludable basada en la comunicación y en el respeto mutuo»
Se debe trabajar esta responsabilidad incluso con dinámicas nuevas. Es decir, aunque solo se hayan tenido un par de citas con una persona, por ejemplo, no se debe ocultar información o no contar ciertas cosas, con el objetivo de 'no hacer daño': desde el principio hay que practicar la sinceridad. «Todos tenemos derecho a poder decidir sobre nuestras relaciones y para eso necesitamos conocer toda la información, independientemente de la duración de ese vínculo o del nivel de compromiso del mismo»,
De manera 'teórica', ser responsable afectivamente no parece complejo, pero muchas veces es difícil, pues sabemos que, en ocasiones, hacer lo correcto duele más de primeras que no hacerlo. Aun así, hay pautas que pueden ayudarnos a mejorar este aspecto de la manera en la que las relacionamos con los demás. Por ejemplo, asegura Maia Tabar que un elemento clave es la comunicación asertiva.
hacerse cargo de las propias emociones.
Es decir, no podemos no culpar al otro de lo que sentimos. «Tenemos que ver de dónde vienen esas emociones y sobre todo, qué nos quieren decir», indica. Practicar la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace es igualmente ineludible: lo peor que podemos hacer es terminar confundiendo y llenar de dudas a la otra persona.
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